PENTECOSTÉS CONFIRMACIÓN 2015

Acompañamos a chicas y chicos de nuestra Comunidad…

Programa de celebraciones:

Domingo 24 de mayo MISA de las Naciones Intercultural:

Lugar: Domkirche St. Eberhard

Hora:  10:00 horas

Lunes 25 de mayo CONFIRMACIONES:

Lugar: Iglesia St. Fidelis

Hora: 12:00 horas El Sacramento de la Confirmación.

Desde aquí deseamos una cordial BIENVENIDA

al Ministro del Sacramento de la CONFIRMACIÓN a

Mons. José Antonio Arzoz Martínez (Bonn)

Delegado Nacional de las Comunidades de Lengua Hispana para Alemania

La Confirmación es para nosotros lo que Pentecostés fue para los Apóstoles

Este sacramento otorga al bautizado una intensificación de los dones del Espíritu Santo para que, de palabra y de obra, sea testigo de Cristo y propague y defienda la fe.
La Confirmación es para nosotros lo que Pentecostés fue para los Apóstoles. A pesar de que Jesucristo ya les había dado el Espíritu Santo (cf. Juan. 20, 22), los Apóstoles permanecían tímidos, ignorantes e imperfectos. Dios (que todo lo hace bien) procedió por grados sucesivos en la comunicación de sus dones. Los Apóstoles tenían ya el Espíritu Santo, pero aún no habían recibido la dotación que los hacía capaces de manifestar la fuerza del amor de Cristo: ésta la recibieron el día de Pentecostés. También nosotros recibimos por primera vez al Espíritu Santo en el Bautismo, pero es hasta la Confirmación donde recibimos la plenitud de sus dones. El sacramento de la Confirmación nos confiere una gracia y un poder especiales. Igual que la marca del Bautismo nos hace participar en el Sacerdocio de Cristo dándonos la capacidad de unirnos a Él en el culto a su Padre, la Confirmación hace que participemos con Cristo en su misión de implantar su Reino. Este sacramento nos impulsa a trabajar con Él en su tarea de añadir nuevos miembros a su Cuerpo Místico, y de hacer más fervorosos a los que ya lo son. Nuestras palabras y nuestras acciones ya no se orientan tan sólo a nuestra personal santificación, van además a hacer que la verdad de Cristo se haga real y viva en quienes nos rodean. El cristiano confirmado -llámesele soldado espiritual o adulto espiritual- se lanza gozoso al cumplimiento de su vocación. Fuerte en la fe y lleno de ardiente amor por todo hombre que nace de su amor a Cristo, siente un cuidado constante por los demás. Experimenta una inquieta insatisfacción si no hace algo que valga la pena, algo que contribuya a aliviar a otros las cargas de la vida, algo que contribuya a asegurarles la promesa de la vida eterna. Sus hechos y sus palabras proclaman a los demás: Cristo vive, y vive para ti.

Es fácil saber si hemos entendido este sacramento y obramos en consecuencia. Basta con preguntarnos: ¿Pienso cada día en mi deber de llevar a las mentes y a los corazones el conocimiento y el amor de Dios? En mi vida ordinaria, ¿doy testimonio de Cristo? En mi actitud con el prójimo, en mi trato con los que me rodean, en mis acciones todas proclamo: esto es lo que significa ser cristiano, esto quiere decir vivir según el Evangelio. Si la respuesta es no, entonces he de confesar que he venido desperdiciando un torrente de gracia: la gracia sacramental de la Confirmación. Es una gracia que tengo abundantemente a mi disposición si quiero utilizarla: la gracia de superar mi absurda mezquindad, mi pereza para trabajar por Dios, mi cobardía ante los respetos humanos, mi egoísta dedicación tan sólo a lo que me apetece…

VEN ESPÍRITU SANTO (SECUENCIA DE PENTECOSTÉS)

Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, padre de los pobres; ven dador de gracias, ven luz de los corazones. Consolador magnífico, dulce huésped del alma, sé dulce refrigerio. Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto, ¡Oh luz santísima!, llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles. Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno. Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está enfermo, Doblega lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado. Concede a tus fieles que en Ti confían tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de salvación, dales la felicidad eterna.